24 de julio de 2012

Los mismos clavos

"Hay días en los que valdría más no salir de la cama...". Así reza el estupendo estribillo de una gran canción de Nacho Vegas que siempre suele venirme a la cabeza cuando algo tira de mi hacia atrás, cuando existe algo que no duda en insistir una y otra vez en dejarme enredada a la pata de esa cama de la que casi siempre tardo tanto rato en levantarme.

Y es que hoy era lunes. Lunes de hacer muchas cosas y de preguntarse por qué la vida es tan perra y no más sencilla.
Tanto, que se parece demasiado a esa realidad que tan poco me gusta y tanto me cuesta de afrontar.

Últimamente, desde hace unas cuantas semanas, alguien ha conseguido meterme en la cabeza la idea de que no me pare a proponerme las cosas, que vaya directamente y me ponga a hacerlas de un plumazo, que se tarda menos y es más efectivo. Así sin más. A mí, ya veís, yo que nunca he sido de ese estilo.
Y me encuentro cada amanecer con una pared alta, bien grande que de momento no deja ver  todo lo que hay alrededor y me imagino que no soy la única si me quiero consolar.
Que entre tan mal panorama como el que nos toca a la gente joven, pienso en que aún tengo muchas cosas por las que salir a quitarle adobe y la cal a esas paredes todas las veces que haga falta para que les entre la alegría de la luz.
Afortunadamente puedo decir que me han enseñado a que las cosas no sean fáciles desde pequeña. Que tengo el honor de haber aprendido bien pronto el valor de que vengan por algo llamado esfuerzo que es bastante distinto, de ganarles las batallas a puro de lucharlas entre noches y mañanas, de la constancia de seguir en ello.
Y como he dicho antes parece que a los jóvenes nos toca realistas y saber lo que hay, lo que vendrá  y vivir la vida de forma más personal que nunca.
Para mí esta época de crisis afortunadamente solo está siendo por suerte un tiempo de reflexión y de ordenar prioridades que quizás andaban un poco perdidas en la sociedad en la que estábamos. Yo tendré el lujo de no pasar hambre y la pena de habérslo visto pasar a bastantes personas, y eso es algo que me araña las entrañas.
Así que si me tengo que proponer algo van a ser solo cosas buenas, lo prometo. Me propongo el vivir con el corazón y sé que poco más voy a necesitar a partir de ahora. Lo tengo muy claro. No quiero que sea de ninguna otra manera, no merece la pena pensar en ningún otro sentido
.
Que si hace frío ya vendrán otros días de calor. Que ahora que las cosas están complicadas a mi me llega la suerte para afrontarlas con las cosas que son importantes en la vida, que como canta Marea, aquí aguantamos los mismos clavos, la misma cruz. Tú, yo y todos. Lo bueno es saber que no estás solo para cargar con ellos.
Había escuchado esta canción unas cuantas veces ya y nunca me había parado a entenderla de verdad, a estas horas y en estos tiempos cobra más sentido que nunca escucharla entre el silencio de la habitación. La llena de esperanza y de calma por saber que todo lo que necesito va siempre conmigo.
Marea-Los mismos clavos

18 de abril de 2012

μουσική

Es media noche. Se me cierran los ojos, se me olvidan los problemas por un rato bajo un cielo ajeno a todo lo que no sea escabullirse entre el negro tizón de la noche.
Como cuenta el título de la entrada de hoy (μουσική), a estas horas escucho música. Diría que lleva sonando un buen rato, pero lo cierto es que siempre me acompaña, afortunadamente no deja nunca deja de sonar.

Algo me ha hecho sentarme a escribir y hacerme pensar que cada vez menos, absolutamente nada de lo que pueda contar aquí me pertenece ya...

Evidente es. Estoy lejos de los comienzos y ya no escribo por/para mí. Me gusta plantearme el cambio, el cuando, el cómo, el porqué o el por quién de ese desapego a mi misma...

Y rebusco entre un puñado de palabras, entre unas cuantas canciones que hagan compañía a mis líneas. Imagino letras. Letras que acierten a decir mucho más de lo que se me pueda ocurrir hoy al escribir.

Dicen que la música es el arte de organizar de forma sensible y lógica una combinación coherente de sonidos y silencios, y creo que no puedo haber encontrado mejor remedio para irme a dormir y esperar al día.

Creo que esta es noche de sonidos y silencios entonces. Así me voy a la cama hoy, con el sabor de una hermosa contradicción que casi había olvidado de sentir.

Yo ya no escribo por mí, escribo por si hay alguien ahí, y nunca perdí la fé de que lo hubiera, por mucho que a veces acabemos midiéndonos como Kamikazes con un solo silencio....

Quique González-Kamikazes enamorados

20 de marzo de 2012

Quien te dejara de soñar....

Escribo desde ese puñado de horas intentempestivas en las que ni siquiera se nota que la noche se va acabar... Aquellas en las que reina la calma y todo se inhunda de serena tranquilidad. Horas en las que me da por desear que la mañana me pille lejos de aquí, en otra cama de sábanas heladas por el frío del lugar.
Aquí mismo me quedaría a ver como pasa el tiempo desde mi cristal sin pensarlo demasiado...entre el silencio sepulcral  que solo el roto de  algún viento que silba fuerte se atreva a cortar, con la nieve cayendo plomiza sobre los tejados de negra pizarra que mancha el blanco nuclear  y  de alguna tronada perdida que retumba entre los picos y prados lejanos donde  las vacas pardas pastan antes de llevarlas a encerrar.
Y lo imagino a estas horas otra noche más al verlo aparecer desde cualquier carretera con las luces que alumbran amables los caminos que nos quedan por andar...

Querido Pirineo, quién te dejara de soñar....

Buenas noches para los Monegros ;)




Y si tuviera que sonar algo que se le compare en belleza, estoy segura de que los Pirineos suenan a la voz de este amigo cercano al alma. Buenas noches;)


Jose Antonio Labordeta-Ya ves

6 de marzo de 2012

Echar de menos...

Son las 23.19 y la fiesta se ha acabado para mí.

Hace un par de horas que despedí a las últimas caras conocidas de este maravilloso fin de semana.

Las mismas que pasan a cámara rápida cada vez que las tengo enfrente y que sin embargo aparecen todo lo lento que se me antoja cada vez que me pongo a recordarlas.

A pesar del pudor, no puedo evitar descubrir una vez más los sentimientos y emociones que este fin de semana he podido experimentar.

Me siento en deuda hacia todos los que lo han hecho posible....Me han regalado un gran pedazo de felicidad, una sonrisa que no se borrará  y la calma de vivir algo que siento como verdaderamente especial, algo fuera de lo cotidiano.

Y digo esto porque estoy acostumbrada a soñar con los pies en la tierra, y da la casualidad que cuando los despego, aunque sea por un ratito, me doy perfectamente cuenta de que me empiezo a acercar a las nubes peligrosamente...

Como una Mary Poppins sin paraguas, que prefiere que la fina lluvia le de en la cara y le despeine, porque como todos sabemos, las mejores cosas de la vida despeinan, y esta supercalifragilística cada vez es más consciente de ello...

Es por eso que siempre acabo por escribirlo en algún lado, (¡que casualidad que tenga un blog!)... para que no se me olvide debe de ser,  para que cuando una vez más esos pies choquen contra el duro suelo de la realidad, pueda recordar el porqué de todo lo que alguna aburrida tarde escribí.

Solo por sentir de nuevo algo que se le parezca, por revivir de nuevo la sensación sobre sueños que apenas duran lo que un corto invierno y que siguen vivos en ese magnífico tesoro que es la memoria. Como una película a cámara lenta que pasa  cada vez que se me antoja por mi cabeza y que afortunadamente nunca me canso de ver...

El tag "felicidad" de esta entrada será la más repetida, de hecho, he estado a punto de poner solo la palabra con muchos iconitos de esos sonrientes que te guiñan el ojo descaradamente como es costumbre en mí a la hora de escribir en el chat o en los comentarios...

Pero me he dado cuenta de que la mayoría de las veces la felicidad realmente si que tiene una explicación, y sí, verdaderamente a la mía le sobran iconos y le faltan unas cuantas de las tropecientas mil fotografías que hemos hecho este finde para ponerle cara...

A estas horas os echo de menos terriblemente a todos, y te echo de menos también a tí compañero, ya lo sabes....me pregunto si duermes a estas horas, yo no puedo por eso es que me he puesto a escribir para contártelo todo como hacemos todos los días...ya sabes que se ha convertido en pura necesidad y es la primera vez que lo siento así de fuerte...

Quizás lo leas mientras te acuestes, pero este finde me faltabas tú para acabar de "morir de felicidad" que dicen los argentinos...Yo también me voy ya a dormir, toca semana muy dura...

Guárdame tu sonrisa, en nada la espero por aquí.

Canción de esta noche...una de los Eagles que escuché mientras conducía hacia casa, no se porque pero me recordó a tí...deben de ser las ganas de que estés aquí para escuchar Hotel California una y otra vez...

Buenas noches Munich ;)

New Kid in town-Eagles

17 de febrero de 2012

Confesiones de una artista de mierda

"Confesiones de un artista de mierda" es el título de un disco de Iván Ferreiro, el último que ha sacado a la venta hace no demasiado para más señas y extremadamente recomendable para todo aquel que no haya tenido el placer de escucharlo todavía...

Dicho título resonó en mi cabeza poderosamente desde el primer instante en que mis ojos posaron su atención en esas mismas palabras que una vez juntas son las encargadas de "dar la cara" sobre lo que se esconde en el interior del disco.

Supongo que los títulos de un disco, libro, trabajo o cualquier otra manifestación que se pueda expresar de forma escrita son en cierta manera, además de la evidente carta de presentación y primera impresión que el lector recibirá, algo enormemente codiciado por el que los crea...

Porque lo que si está claro, es que a nadie le gusta en absoluto que una vez elegido, su título acabe siendo "un título de mierda" nunca mejor dicho...

Si me he fijado personalmente en esta tontería, es porque llevo unos cuantos meses poniendo una y otra vez títulos a trabajos de muy distintas materias, a cada cual más dispar (tanto los títulos que acaban por salirme, como las materias a las que debo de ponérselos...).

La verdad que yo ya no sé porqué será, si por la cantidad de horas que cada uno me lleva, porque los ojos comienzan a picarme más a menudo de tanto ordenador diario o porque más bien empiezo a pensar que tengo la manía de acabarlos siempre por el mismo sitio, casualmente por donde comienzan...

El caso es que esas palabras cortas y exactas, las que suelen ser tan definitorias y justas como para terminar de completarlos suelen tener menor velocidad de reacción en mí en comparación con el resto del texto, pues parece que últimamente se toman su tiempo para darse a conocer...

Sin complicarse mucho buscando entre los primeros artículos de google sobre como elegir un buen título podemos releer e uno de ellos, una cita de E. Hemingway bastante curiosa:

-"Después de terminar un cuento o un libro, escribo una gran lista de títulos tentativos. He llegado a escribir hasta cien de ellos. Luego, comienzo a eliminar los que no me gustan, uno por uno. Y la mayoría de las veces, lamentablemente, los descarto a todos.".

Y le entiendo perfectamente porque me pasa lo mismo (que nivelazo no!? jeje).

Por las prisas uno acaba poniendo lo primero que sea con tal de entregarlo completo...o sea se "Un título de mierda como dios manda"...

Si me pongo a pensarlo me entra la risa, porque es un preludio de lo que le espera al pobre profesor unas cuantas líneas más abajo .... o sea se otra vez ¡"un trabajo de mierda" como dios manda!

No me cansaré de repetirlo pero el mérito reside en decir mucho con poco, lo cual podría aplicar a mis trabajos también, pero de momento doy gracias a quien inventó el copia y pega cuando se trata de enrollarse y escribir de cosas que te importan solo un pelín más allá de la obligación. Cosas tan raras que pocos recursos más aparte del morro y la imaginación te quedan para raspar el 5.

Por eso, si hablamos de escribir por devoción en vez de por obligación, el título del disco de Ferreiro aunque no demasiado "complicado" y hasta podría atreverme a decir "imaginativo" llamó y llama tanto aún mi atención.

Si vuelvo a recordar la primera vez que lo escuché, pienso que no pude evitar la sensación de identificarme inmediatamente con lo que esa portada de Iván dándose casi cabezazos contra el piano me quería contar...

Es así de simple, ocurre que a veces esta artista de mierda siente la necesidad de confesar sus frustaciones en este bendito y espacioso blog, lo cual es un alivio...

Y lo hace ahora después de poner a remojo algunas de esas confesiones. Cuando se han rebajado por lo menos de pecado a pecadillo... y la sangre se ha vuelto a poner de nuevo en su sitio...

¿Que por qué os cuento esto?...Porque las decisiones en caliente no son nada buenas amigos (segunda vez en esta semana que me pasa). Así que respira y cuenta hasta diez, o directamente tápate los oídos, escúchate a tí mismo y prepárate a callar las confesiones de mierda que una vez más nadie excepto tú conocerá...

Ya veis...Confesiones hay muchas,hay quién se confiesa por amor, por odio, por justicia o por otro motivo, y porque si como dice la RAE realmente "confesarse" significa expresar lo que verdaderamente uno siente, piensa o desea...aunque sea solo instantáneamente y en un momento de enfado como me ha pasado a mí esta tarde, haría ya como 4 horas que me habría marchado sin ninguna direción a Buenos Aires o Santiago de Compostela por poner un ejemplo de lejanía, dejando atrás trabajos, personas y quién sabe cuantas cosas más...

Pero alma cándida, con el frío que hace...¿Donde vas a ir?, creo que la valentía no te lo hubiera quitado por mucho que hubieras comenzado tu aventura contra el mundo hoy...

Porque esas confesiones buenas y malas, son las más personales que tenemos, las más bajas en la mayoría de las ocasiones... y si como así lo he sentido yo no deben de ir a ningún lado, mejor que no lleguen a ver el día, pues nacen del silencio de lo que para tí es sorprendentemente una injusta derrota.

Y enfín que de todas maneras si en algún momento fueron para bien las acabas arrastrando entre los recuerdos y siempre van contigo...o eso, o eres Iván Ferreiro y sacas un disco para contárselas al mundo, pero como no es el caso, tendré que conformarme con seguir siendo una artista de mierda...

Y es que él sacó un disco sí, pero es cierto que esas confesiones tienen grandes ansias de libertad y rebeldía, muchas, demasiadas, en unos momentos más que otros, por eso me hacen pensar que no les falta su parte de razón, su pequeña parte de verdad por mucho que formalmente las debamos de ocultar para tratar de mantener el equilibrio de muchas otras cosas...

Aún así yo me pregunto de vez en cuando..¿Y quién quiere el equilibrio? ¡Si las mejores cosas despeinan!

¡Buen fin de semana a tod@s!

El equilibrio es imposible- Iván Ferreiro y Santi Balmes