18 de abril de 2012

μουσική

Es media noche. Se me cierran los ojos, se me olvidan los problemas por un rato bajo un cielo ajeno a todo lo que no sea escabullirse entre el negro tizón de la noche.
Como cuenta el título de la entrada de hoy (μουσική), a estas horas escucho música. Diría que lleva sonando un buen rato, pero lo cierto es que siempre me acompaña, afortunadamente no deja nunca deja de sonar.

Algo me ha hecho sentarme a escribir y hacerme pensar que cada vez menos, absolutamente nada de lo que pueda contar aquí me pertenece ya...

Evidente es. Estoy lejos de los comienzos y ya no escribo por/para mí. Me gusta plantearme el cambio, el cuando, el cómo, el porqué o el por quién de ese desapego a mi misma...

Y rebusco entre un puñado de palabras, entre unas cuantas canciones que hagan compañía a mis líneas. Imagino letras. Letras que acierten a decir mucho más de lo que se me pueda ocurrir hoy al escribir.

Dicen que la música es el arte de organizar de forma sensible y lógica una combinación coherente de sonidos y silencios, y creo que no puedo haber encontrado mejor remedio para irme a dormir y esperar al día.

Creo que esta es noche de sonidos y silencios entonces. Así me voy a la cama hoy, con el sabor de una hermosa contradicción que casi había olvidado de sentir.

Yo ya no escribo por mí, escribo por si hay alguien ahí, y nunca perdí la fé de que lo hubiera, por mucho que a veces acabemos midiéndonos como Kamikazes con un solo silencio....

Quique González-Kamikazes enamorados